Todas las bodas tienen su encanto pero las bodas de invierno tienen siempre un toque especial, una luz diferente, un contraste de colores y temperaturas que no se pueden conseguir en las bodas de verano.
Además esta boda entre Elena y Miguel fue ya de por si inolvidable por el hecho que se casaron un 31 de diciembre y como os podéis imaginar la fiesta, el cotillón, las luces navideñas de Granada… todo contribuyó a que fuera un día muy especial.
Muchas gracias a José Reyes por acompañarme y ayudarme con la realización de este reportaje.

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