Coincidió la boda de Marta y Jaime con un día lluvioso en Málaga, incluso con alerta naranja por temporal.
Pero aunque las previsiones meteorológicas no acompañaban nada les hizo perder la sonrisa y así, como por arte de magia el día fue mejorando y hasta tuvimos nuestros rayos de sol, algo que de verdad agradecimos.
Marta decidió que sus preparativos fueran en el palacete de la Hacienda Nadales, el mismo sitio donde se celebraba la boda. Y no pudo elegir mejor ya que disfrutamos de un espacioso lugar con buena luz y toda la tranquilidad del mundo.
Después de una emotiva ceremonia en la Iglesia de La Esperanza todos los invitados disfrutaron del cóctel en el maravilloso patio de la Hacienda Nadales aprovechando que acababa de salir el sol.
La fiesta fue muy divertida y luego pudimos aprovechar uno de los sitios que más me gustan de la Hacienda Nadales, ese espectacular invernadero que además ese día lucía con una iluminación que nos dio mucho juego para terminar el reportaje de boda por todo lo alto.
Gracias a mi compañero Antonio Luna como siempre por ayudarme como segundo fotógrafo.