Primera vez que hacía una postboda en Córdoba y la experiencia no pudo ser mejor. En una ciudad tan monumental, con la mezquita, el encanto de sus calles estrechas y los patios de flores no podía salir nada mal.
Además, después de haber fotografiado a Inma y Jordi en su boda y su preboda en Alicante ya éramos viejos amigos por lo que todo fue muy fácil con ellos.
Además tienen esa naturalidad y esa frescura que hace que las horas pasen volando, así terminamos a las tantas, ya casi sin luz a orillas del río.
Espero volver pronto a Córdoba y poder disfrutar una vez más de esa maravillosa ciudad.

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